¡Salta alto para tocar las nubes!

 – Abue, ¿si salto muy alto podré tocar las nubes?
Sí, intenta cada día hasta que puedas.
– Abue, ¿crees que si tomo clases de canto podré ser cantante?
Claro, si te preparas lo harás todo bien.
– Abue quiero ser periodista, ¿qué piensas?
Que serás la mejor.

Conversaciones como esas las tuve millones de veces con mi abuela Victoria. Quizás no con las mismas palabras pero sí reflejan su espíritu.

Mi abue, como solía llamarla, nunca usó frases como: no sé, no puedes o no creo. Ella, por el contrario, siempre me instó a dar lo mejor de mi y me alentó a cumplir mis sueños sin importar lo realizables o no que fueran.

Este noviembre se cumplen 21 años de su partida física. Mi amor, admiración y respeto hacia esa gran mujer siguen intactos. Hace mucho tiempo que dejé de llorar su ausencia porque comprendí que sólo mueren aquéllos que no son recordados.

¡Te amo abue, hoy y siempre!

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